En el artículo de hoy, Nerea Capón nos cuenta cómo fue su experiencia de estudiar un año completo de bachillerato en los Estados Unidos con FSL. Esperamos que os guste y permaneced atentos, porque habrá más entradas como ésta.

Y qué, ¿cómo te lo pasaste en USA?

Nos os podéis imaginar la cantidad de gente que todavía me sigue haciendo esta pregunta, aún habiendo pasado cinco años desde de mi experiencia al otro lado del charco. Cinco años desde que me fui, con apenas recién cumplidos los dieciséis, a vivir una de las mejores experiencias que cambiaría mi vida para siempre: estudiar primero de bachillerato en un High School al más puro estilo americano. Si algo he aprendido durante este tiempo es que la gente espera una respuesta corta, concisa; con una sonrisa en la cara que lo describa todo sin necesidad de emplear las palabras.

Que si me lo pasé bien, preguntan.

Como si diez meses de aventuras, descubrimientos y emociones que van y vienen se pudiesen resumir en una sola frase, una única palabra. Lo que no saben es que podría emplear todos los términos del diccionario y todavía así me quedaría corta. Podemos capturar colores, formas y siluetas mediante fotografías; podemos describir situaciones y momentos a través del uso del lenguaje pero todavía no somos capaces de transmitir sentimientos. Y si pensáis que las imágenes y las palabras son aptas para desempeñar tal tarea, entonces estáis muy equivocados; yo llevo intentándolo cinco años.

Todavía recuerdo la marea de sentimientos que tenía antes de irme a Estados Unidos: miedo, angustia, desasosiego, inquietud. Luego calma, tranquilidad, indiferencia y vuelta otra vez a la preocupación. Así iban y venían los sentimientos, como un océano enfurecido que poco a poco se iba calmando solo para poder volver con toda su furia.

Hasta que llegó el momento de cruzar ese océano, el gran charco, el Atlántico. Todo aquello que parecía imposible y que me perturbaba se fundió con el agua y desapareció en algún lugar del mar. Y entonces comenzó lo bueno de verdad, la verdadera aventura.

Que cómo me fue, me preguntan. Sigo sin poder daros una respuesta corta a tal cuestión. Demasiados sentimientos entremezclados, demasiadas emociones y experiencias. Cuando te embarcas en una aventura así no solo viajas a los Estados Unidos, sino que vives en los Estados Unidos, con todo lo que ello implica.

Conlleva tener que levantarte cada día e ir a la escuela en el mítico autobús amarillo que tanto sale en las películas, entrenos de softball cada tarde después de clase y ver partidos del equipo de football americano de tu instituto cada viernes por la noche. También vivir con una familia que no es la tuya pero que acaba siéndolo, ir a la iglesia cada domingo por la mañana y echarse a suertes con tus hermanas americanas a ver quién lava los platos. Implica echarse hacia delante, superar el miedo, plantarle cara a esa oleada de sentimientos y lanzarse al agua.

Han pasado ya cinco años pero parece que nada haya cambiado. Todavía recuerdo cada momento como si fuese ayer y sigo sin saber contestar a esa pregunta. La única respuesta que se me ocurre es con otra pregunta, muy a la gallega, como yo:

¿Por qué no lo compruebas por ti mismo?

Si quieres asumir el reto que te propone Nerea, ponte en contacto con nosotros para saber más sobre nuestro programa de Bachillerato Internacional. Además, puedes leer más sobre su experiencia entrando en su propio blog: www.eraseunayotravez.com.