Trick or treat?
Esta es la frase más repetida la noche del 31 de octubre en aquellos países donde se celebra la fiesta de Halloween. En las últimas horas del día, los niños (y no tan niños) se disfrazan de brujas, esqueletos o fantasmas, entre otros intrigantes personajes, y van casa a casa haciendo la famosa pregunta: ¿truco o trato? Si llegan a un trato con los residentes, éstos se libran de ver su casa repleta de papel higiénico o su puerta bombardeada con huevos.
Halloween es una fiesta muy implantada en los países anglosajones, no solo en Estados Unidos. En Canadá, por ejemplo, también tiene mucha acogida. Aunque allí es día laborable (la gente trabaja y los colegios están abiertos), se celebra con la misma efusividad que otras fiestas como el Día de Acción de Gracias o Navidad.
Los canadienses le echan mucho empeño en “vestir” sus casas y sus jardines. Calabazas, luces, figuras terroríficas e incluso réplicas de cementerios a escala real son las cosas más comunes que podemos encontrar en el exterior de los hogares.
Halloween en Canadá también destaca por decorar los paquetes dulces con símbolos propios de la ocasión. Es muy común ver entre los dulces que se entregan manzanas caramelizadas, pasteles de calabaza o palomitas de maíz. La bebida más típica de ese día es la cerveza de Halloween, hecha, como es previsible, con calabaza.
La gracia de la fiesta también esta en su preparación. Días antes del 31 de octubre, los padres acuden con sus hijos a un huerto de calabazas, originalmente llamado pumking patch. Allí seleccionan las que más le gustan para crear las famosas linternas de calabaza que todos hemos visto en películas o series. Como es lógico, los agricultores “hacen su agosto” ya entrado el otoño, siendo un negocio redondo para ellos.
Y cuando llega la gran fiesta, tanto pequeños como mayores salen a la calle a disfrutar de una noche de película. Las fiestas entre amigos o entre compañeros de trabajo son muy comunes. Además, los niños no siempre piden dulces, a veces salen acompañados de huchas para recaudar dinero para ONGs e iniciativas similares. Cada año, los canadienses aportan en esa fecha hasta tres millones de euros para causas benéficas.
Aunque el origen de Halloween es el mismo en todos los países, cada uno luego suele darle su toque personal y sus propias tradiciones. Canadá también. ¡Feliz Halloween!
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