Se dice que si pusiésemos boca abajo a España estaríamos en Nueva Zelanda. Y es que cerca de 20.000 kilómetros separan ambos países. Otro dato curioso es que, de media, se tarda 36 horas en ir de un país a otro, contando transbordos y escalas. Nueva Zelanda es un país fascinante, de grandes tradiciones y culturas y con una naturaleza impresionante. Este último aspecto le ha valido para ser escenario de grandes películas, como las trilogías de El Señor de los anillos, El Hobbit o Las crónicas de Narnia, entre otras muchas.
La sociedad neozelandesa está férreamente concienciada con la defensa de su historia y tradiciones. Y eso que la “tierra de la gran nube blanca” fue uno de los lugares más tardíamente poblados. Los primeros habitantes fueron los polinesios que llegaron a Nueva Zelanda en torno 1250. Los siglos fueron pasando y los polinesios crearon su propia cultura, conocida actualmente como maorí. Una cultura de ritos e incluso un propio idioma que es, junto al inglés, idioma oficial en el país.
Esa defensa de las tradiciones se extrapola a la naturaleza. Nueva Zelanda, divida en dos principales islas, exhibe con orgullo sus joyas naturales. Es el país con mayor porcentaje de su territorio convertido en parques nacionales.
Fiordos, volcanes, parques…
Resumir en un solo artículo toda la grandeza de la naturaleza de Nueva Zelanda es imposible. Por eso, en blog FSL destacamos algunas de los lugares naturales más increíbles del país y que deberías visitar si te animas a viajar con nuestro programa Gap Year.
Una de las primeras paradas en tu viaje tiene que ser Rotorua, en la Isla Norte del país. Esta ciudad cuenta con un gran lago homónimo y tiene uno de los campos de actividad geotérmica más agitados del mundo. Además, es la casa del pueblo Te Awara, que se asentó allí hace más de seis siglos. En Rotorua puedes hacer infinidad de planes por la naturaleza, desde paracaidismo o esferismo, hasta ciclismo por las montañas.
Y es esta combinación de elementos naturales lo que hace de Nueva Zelanda un país único. Uno pasa de las montañas a los lagos y viceversa. Uno de los lagos más espectaculares es el lago Hawea (Isla Sur). Su parte más profunda alcanza los 392 metros, aunque a mediados del siglo XX fue elevado artificialmente para almacenar más agua para una mayor generación de energía hidroeléctrica. También se puede hacer infinidad de actividades como natación, pesca o piragüismo.
Más espectacular es Milford Sound, considerado como la Octava Maravilla del Mundo –este título se lo puso el escritor Rudyard Kipling-. Es un fiordo ubicado en el Parque Nacional de Fiordland, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fue esculpido por glaciares durante la Era del Hielo y en la actualidad es uno de los lugares más visitados del país. Un territorio mágico rodeado de grandes picos que atraviesan las nubes e innumerables cataratas (algunas de un kilómetro de altura).
Reconocimiento
Como hemos comentado anteriormente, Nueva Zelanda es un país inundado de parques naturales. Uno de los más impresionantes es el Parque de Tongariro (Isla Norte). Su mezcla de cultura y naturaleza le valió el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad de Carácter Mixto por la UNESCO. También es el más antiguo del país. El parque lo reinan los volcanes activos Ruapehu, Ngauruhoe y Tongariro y por sus más de 795 kilómetros cuadrados de superficie podemos encontrar diferentes sitios religiosos maoríes.
Nueva Zelanda es, sin duda, un país donde la naturaleza y la cultura maorí crean un entorno mágico e inimaginable. Salvo que vayas a conocerlo. ¿Te animas?
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